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Venezuela divide a la región; Brasil, que preside Mercosur convocará urgente reunión con Maduro

Sábado, 22 de julio de 2017 - 12:55 UTC
La Cumbre de Mercosur exhortó al gobierno y oposición venezolanos a desistir de toda iniciativa que signifique una profundización de la crisis que se vive en ese país. La Cumbre de Mercosur exhortó al gobierno y oposición venezolanos a desistir de toda iniciativa que signifique una profundización de la crisis que se vive en ese país.
El pronunciamiento es clara señal de rechazo a las elecciones del 30 de julio, con la que Maduro pretende alcanzar una constituyente para reformar la carta magna. El pronunciamiento es clara señal de rechazo a las elecciones del 30 de julio, con la que Maduro pretende alcanzar una constituyente para reformar la carta magna.
La declaración final sobre Venezuela tuvo un tono menos enérgico que el que pretendían el gobierno de Macri y de Temer. La declaración final sobre Venezuela tuvo un tono menos enérgico que el que pretendían el gobierno de Macri y de Temer.
Morales no acompañó la declaración y se atribuye a Uruguay y su presidente, Tabaré Vázquez, papel decisivo en la moderación del documento . Morales no acompañó la declaración y se atribuye a Uruguay y su presidente, Tabaré Vázquez, papel decisivo en la moderación del documento .

La cancillería brasileña convocará a una reunión de urgencia para que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro o su canciller, Samuel Moncada, concurran a Brasilia a responder las inquietudes del Mercosur, ante la crisis institucional que atraviesa el país y que se profundizó en los últimos meses.

 Fuentes diplomáticas confirmaron en Mendoza, donde se cumple la cumbre presidencial del Mercosur, que el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, que preside el bloque temporalmente por los próximos seis meses, convocará a una reunión de urgencia en los próximos días, preferentemente antes de que se realice la elección de convencionales constituyentes previstas para el 30 de julio, para que Maduro o su canciller viajen a Brasilia a responder las inquietudes del Mercosur.

Al cierre de la Cumbre de Jefes de Estado, el Mercosur dio a conocer una declaración en la que exhorta al gobierno venezolano y a la oposición a “no llevar a cabo ninguna iniciativa” que signifique una profundización de la crisis social, humanitaria y política que se vive en ese país.

Sin una mención explícita, el pronunciamiento es una señal clara de rechazo a las elecciones del 30 de julio, con la que se pretende conformar una asamblea nacional constituyente que reformaría la carta magna del país.

Sin el tenor belicoso con el que jueves se expresaron algunos funcionarios argentinos, el bloque que integran la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con el apoyo de Chile, Colombia, México y Guyana, reiteró su “profunda preocupación por el agravamiento de la crisis” en Venezuela e hizo “un urgente llamado al cese de toda violencia y la liberación de todos los detenidos por razones políticas”.

La declaración final sobre Venezuela tuvo un tono menos enérgico que el que pretendía el gobierno de Macri.

En la víspera del encuentro de los presidentes, el canciller argentino Jorge Faurie había sido determinante al sostener que en el caso que el gobierno de Nicolás Maduro celebre un acto eleccionario a fin de mes, el Mercosur procedería a la expulsión de Venezuela. Sin embargo, el consenso logrado entre los países hizo virar las posiciones. Al respecto, el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, que llegó junto con el presidente Macri, consideró que “la declaración no fue lo suficientemente fuerte como la Argentina lo esperaba”.

Por la tarde del viernes, Faurie consideró que los estados “no están para presentarse como ángeles castigadores” y anticipó que acelerarán la etapa de consulta con las autoridades venezolanas y la oposición para abrir un camino de diálogo.

“Hecho esto, o no habiéndolo conseguido, están claros los pasos que debemos seguir, sin necesidad de emitir un ultimátum de ninguna índole”, dijo el diplomático sobre un eventual progreso de la expulsión venezolana.

Se pudo saber que la mayoría de los países, con excepción de Bolivia, manifestaron su “solidaridad” con la situación que se vive en la nación caribeña. A juicio de los asistentes a las charlas, Uruguay y su presidente, Tabaré Vázquez, incidieron en la moderación del documento.

A la hora de las preguntas, el canciller brasileño, Aloysio Nunes, perdió los estribos ante las insistentes preguntas sobre la “suavización” del documento final. “¿Qué creen que es más positivo? ¿Tener un documento, donde las cosas están dichas, y otras sobrentendidas, o que no haya nada?”, lanzó ante una periodista de su país.

En la declaración, los países firmantes instaron al “restablecimiento del orden institucional, la vigencia del Estado de Derecho y la separación de poderes, en el marco del pleno respeto de las garantías constitucionales y los derechos humanos”.

El comunicado también reitera la disposición del Mercosur para acompañar “un proceso de diálogo entre venezolanos de la manera que sus actores estimen más conveniente”.

Aparentemente el presidente uruguayo llegó a Mendoza con la intención de no innovar en el asunto y fue clave para sacar el comunicado suave y que le permitiera no comprarse una disputa con los partidos que integran el Frente Amplio, alineados ideológicamente con Maduro. Por no fijar una posición fuerte, Perú se bajó de la firma del documento.

Ante el riesgo de no encontrar consenso y, por tanto, la posibilidad de no emitir una posición, Mauricio Macri y su par brasileño, Michel Temer, debieron conceder mucho más de lo que deseaban. Horas antes de verse con sus pares, ambos mandatarios especulaban con una expulsión directa de Venezuela.

En definitiva el documento difundido se asemeja más bien a la posición que traía Paraguay. El gobierno de Horacio Cartes fue el primero en solicitar la suspensión de Venezuela, en mayo de 2016, cuando Uruguay ejercía la presidencia temporaria del bloque, pero entonces el canciller Rodolfo Nin Novoa, desechó la iniciativa.

Los guaraníes avalaron avanzar con el Protocolo de Ushuaia, el mecanismo político para la suspensión, pero ajustado al “debido proceso”, aunque insistieron en no repetir lo ocurrido en Mendoza cinco años atrás, cuando el bloque suspendió a Paraguay una semana después que el presidente Fernando Lugo fuera removido en juicio político del cargo.