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Jefe de gobierno de Buenos Aires admite padecer “temblor esencial” desde niño

Domingo, 11 de setiembre de 2016 - 13:39 UTC
“Tengo diagnosticado algo que se llama temblor esencial. Muchos no lo saben porque es imperceptible. Lo tengo desde que nací” “Tengo diagnosticado algo que se llama temblor esencial. Muchos no lo saben porque es imperceptible. Lo tengo desde que nací”
“Lo tengo desde que nací, en el colegio me jodían en las clases de caligrafía pero mi peor problema fue no poder jugar a los palitos chinos”, bromeó. “Lo tengo desde que nací, en el colegio me jodían en las clases de caligrafía pero mi peor problema fue no poder jugar a los palitos chinos”, bromeó.
El temblor esencial se manifiesta cuando se quiere tomar una taza, un lápiz, llevar algo a la boca o en situaciones discursivas. El temblor esencial se manifiesta cuando se quiere tomar una taza, un lápiz, llevar algo a la boca o en situaciones discursivas.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, brindó detalles sobre su salud y descartó los rumores acerca de un posible mal de Parkinson. El funcionario aclaró que a los seis años le diagnosticaron “temblor esencial” e insistió que no tiene nada que ver con la enfermedad de Parkinson.

 “No tiene nada que ver, absolutamente nada que ver médicamente. La pregunta me la hicieron muchas veces, es una buena oportunidad para aclarar y cortar con estos rumores”, sostuvo.

El 12 de agosto pasado Mercopress había informado sobre el estado de salud del Jefe de gobierno de Buenos Aires, el cual describió según fuentes confiables que se trataba de un avance de Parkinson que le limitaba sus actividades públicas.

En una entrevista televisiva, Rodríguez Larreta explicó: “Tengo diagnosticado algo que se llama temblor esencial. Muchos no lo saben porque es imperceptible. Lo tengo desde que nací, en el colegio me jodían en las clases de caligrafía pero mi peor problema fue no poder jugar a los palitos chinos”, bromeó.

El exjefe de Gabinete en la gestión de Macri en la Ciudad afirmó que está tranquilo porque es una enfermedad neurológica pero sin riesgos para su profesión. “No pasa nada, no cambia nada, no empeora ni mejora nunca. Si hubiera querido ser cirujano o algo que requiere mucha precisión por ahí se me hubiese complicado”, concluyó.

Se estima que la prevalencia de temor esencial se encuentra en el orden del 3% de la población, en gente joven, aunque la incidencia va aumentando notablemente con el paso de los años.

“Es el trastorno de movimiento más frecuente”, apunta la neuróloga argentina Diana Cristalli, quien explica además que afecta a “cerca del 4% de las personas mayores de 40 años, y es bastante frecuente encontrar antecedentes familiares de igual padecimiento hasta en el 70 por ciento de los casos”.

Por lo visto “tiene tratamiento farmacológico”, y el trastorno suele confundirse con lo que el imaginario popular concibe como “mal pulso”. Desde el Departamento de Enfermedades de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA) es explicó que “el temblor esencial es un cuadro absolutamente benigno, de buen pronóstico para el paciente. Es uno de los trastornos de movimiento más frecuentes de la población”.

El temblor esencial se manifiesta cuando alguien quiere tomar una taza, tomar un lápiz, llevarse algo a la boca o en situaciones discursivas. Su comparación con el Parkinson es necesaria para distanciar dos enfermedades absolutamente independientes. El temblor esencial no tiene relación directa, no es un padecimiento sintomático o previo al cuadro parkinsoniano.

“Son dos entidades diferentes. El temblor esencial puede ser esporádico o familiar. En general son pacientes que reciben un temblor de larga data. El mal de Parkinson es neurodegenerativo, en el que no sólo está limitada la acción, la sintomatología no se limita a síntomas motores, hay falta de rigidez, hay alteración de la postura y un conjunto de síntomas no motores, como pueden ser depresión y trastornos urinales”.

Su definición clínica es “temblor esencial familiar benigno”, y se sostiene que es una afección de carácter hereditario. Su condición benigna razona en relación a que no combate contra la calidad de vida de los pacientes.

Si bien no tiene tratamientos curativos definitivos, en caso de que el temblor esencial genere trastornos anímicos, emociones, de inhibición, existen fármacos que se pueden medicar para paliar sus efectos. Hay formas muy severas de temblor esencial, incluso, que pueden superarse no con tratamientos farmacológicos sino con lo que se conoce como estimulación trans-craneana.