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Represión en Venezuela logra la unificación del liderazgo de la oposición

Lunes, 24 de febrero de 2014 - 09:33 UTC
Capriles junto a la esposa de López se dirigen a la multitud Capriles junto a la esposa de López se dirigen a la multitud

La oposición venezolana escenificó el sábado frente a una multitudinaria concurrencia, la reunificación de sus fuerzas frente a la represión del gobierno del Presidente Nicolás Maduro.

 Arropados por la gran marea blanca que desbordó las calles en el este de Caracas, en la última de una serie de marchas que comenzó hace casi dos semanas, sus líderes también se rearmaron de argumentos para defender su estrategia pacífica.

“Venezuela los necesita vivos, no muertos. A Nicolás no le importa la vida de ustedes, ¡a nosotros sí! Nicolás es un error de la historia”, clamó Henrique Capriles, junto a Lilian Tintori, la mujer de Leopoldo López, bajo arresto por “asociación para delinquir” y otros cargos, agarrada a una remera con la leyenda “El que se cansa pierde”. Antonio Ledezma, alcalde mayor de Caracas, también lo dejó claro: “El pueblo quiere ver luchar unidos a Capriles y López”.

En las últimas semanas expusieron las diferencias estratégicas entre radicales, liderados por López, coordinador del partido Voluntad Popular y detenido en la prisión de Ramo Verde, y los moderados, encabezados por el gobernador de Miranda.

Sobre todos ellos cayó como una bomba la noticia de la muerte de Geraldín Moreno, estudiante de 23 años que recibió en Valencia los perdigonazos de un guardia nacional, el viernes pasado. En la cara y a corta distancia.

Liseth Madia, prima de la joven asesinada, se encontraba junto a ella cuando los militares cargaron contra una marcha opositora. Su relato al diario El Universal fue escalofriante: “Geraldín se volteó cuando venían las personas detrás de ella y se cayó porque le dispararon y le chispearon cerca del rostro. Cuando trató de levantarse le volvieron a disparar en la cara y es cuando le destruyen el rostro”.

Las fuerzas de la oposición también criticaron de forma nítida la muerte de Elvis Rafael, empleado de un supermercado, cuya motocicleta tropezó con el alambre que unos manifestantes habían colocado durante una protesta en Caracas. “Esto no se puede quedar así, se debe castigar”, exigió el padre de la víctima.

La oposición reiteró que se opone a los disturbios pero, a la vez, animó a que siga la protesta en la calle. La multitudinaria concentración en la capital sirvió para reivindicar su agenda nacional: la inmediata amnistía para los jóvenes detenidos durante las protestas y la liberación de Leopoldo López.

Los antichavistas también reclaman el desarme de los paramilitares y el cese inmediato de la “represión” contra el estado de Táchira, militarizado por orden de Maduro.

“Están provocando a la Guardia Nacional, están provocando al pueblo. Y los van a encontrar”, amenazó el sábado una vez más Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y jefe del ala militar del chavismo.

En el otro lado de Caracas, la contramarcha programada por el gobierno fue recibida por el presidente con alborozo y mucha fantasía aritmética: “Felicitaciones, mujeres, en sólo 24 horas millones se han lanzado a la calle como garantía de paz y rechazando el golpe de Estado fascista”.

El gobierno impuso que su manifestación fuese emitida en cadena nacional para todos los canales de televisión. Espectadores obligados ante las pantallas y también empleados estatales acarreados a una cita en la que escucharon los mismos argumentos de Maduro: ”No sólo hay un golpe en marcha, también una campaña mundial contra Venezuela.